En estos tiempos postmodernos, en que el Bienestar parece ser la nueva religión, se me ocurre condensar aquí una serie de mandamientos/invitaciones para que nos hagamos cargo de nuestra propia salud física y mental. Lo hago aplicando esa experiencia que ya nombraba en otra entrada:
Si no quieres que ocurra algo indeseable,
pon medios para que ocurra lo deseable.
Así pues, si queremos hablar poco de enfermedad, cultivemos la salud. Y no lo hagamos a solas. Somos seres sociales, y vivimos en distintas etapas de la vida acompañados por compañeros de viaje diversos. De hecho, desearse salud unos a otros es viejo como los saludos...
Vamos allá, entonces, con los consejos de salud. Los voy a clasificar en mandamientos e invitaciones. Quizá la palabra mandamiento sea más apropiada para aquellas recomendaciones que pueden dañar a otros en caso de no seguirse (con lo cual, nuestra comunidad/grupo/clan tiene derecho a mandarlos) y la palabra invitación sea más apropiada para aquellas recomendaciones que nos ayudan a vivir sanos como individuos, pero que allá cada cual si no las sigue...
Mandamientos sociales de la salud (transgredirlos puede llegar a ser mortal para otros)
Busca lo bueno, bello y verdadero sobre todas las cosas, y compártelo. Evita especialmente idolatrías tales como adorar a los superdotados o a tu propio ego.
No trivialices los conceptos o palabras importantes, para que no te pase como al cuerpo con los virus atenuados: que se hace inmune. Y sobre todo, no ridiculices lo digno: recuerda el tabú que pesa sobre ridiculizar a los líderes morales, porque con eso perdemos todos.
Cuida y practica la cultura, las tradiciones, las historias y los modos de celebrar de tu pueblo, tu grupo o tu familia. Y respeta las de los demás, mientras no dañen.
Trata con honor a tus padres, a tus mayores, a tu patria y a tu lengua materna. Recuerda que te han cultivado...
No causes intencionadamente daño gratuito a nadie, y menos a los débiles o a los niños.
Cuídate, haciendo cosas que no ensucien injustificadamente tu cuerpo, mente, e imagen pública, ni los de los demás. Especial atención a los tóxicos (sustancias, plantas, animales o personas).
Di la verdad, de acuerdo con la sensatez, según cada caso.
No robes lo que tiene dueño legítimo, ni fantasees con apropiarte ilegítimamente de ello, o con saciar deseos de amor y validez a base de comprar cosas.
Alivia tus necesidades con sobriedad (hambre, sed, reposo, dolor, excitaciones, limpiezas): saciarse sí, hartarse no. En general, en el medio está la virtud, y en la variedad está el gusto.
Busca la seguridad razonable: el exceso de prudencia es imprudente.
Busca compañía de semejantes que te amen, o te cuiden si estás débil. Busca semejantes a quien amar, o débiles a quienes cuidar. Busca personas con talentos complementarios para llevar a cabo una tarea común (y con dones complementarios para crear vida: recuerda el tabú sobre procrear con lo demasiado similar, con lo "homo", especialmente lo consanguíneo). Ama, admira y alaba en proporción todo lo que merece ser amado, admirado y alabado.
Cultiva tus talentos "diestros" para tu validez y el bien propio y ajeno. Para eso, viene bien rodearse de colegas con talentos afines al nuestro. Cultiva lo básico de tus talentos "zurdos" para tu humildad y autonomía. Para eso, nada mejor que los cursillos rápidos para principiantes, y ya.
Trátate bien, tanto como a quienes tienes próximos. Busca en común el sentido común. Vive en compañía, comunícate mucho y bien, pero encuentra tiempos a solas también para el silencio, la reflexión y el cultivo de tu relación con lo natural más allá de las personas. Vive en el presente la mayor parte del tiempo, y comprende que en la vida hay ciclos. Y lee. Pero lee bien.
Y cuando, como cualquiera, metas la pata y tropieces, di perdón o lo siento a quien hayas dañado, ponte de nuevo en pie, y sigue caminando...
Y cuando, como cualquiera, metas la pata y tropieces, di perdón o lo siento a quien hayas dañado, ponte de nuevo en pie, y sigue caminando...
La venda si hay herida...
Y si ya tienes claro lo anterior, y a pesar de practicarlo sufres daño, vete a un médico de confianza que suplemente algo que alivie ese daño.
Y si sufres frío, compra ropa. Y si te duelen los pies porque el suelo es duro, lleva buen calzado.
Ropas, calzado y medicinas son artificios que hay que usar para adaptarse a las hostilidades de la vida, y cuidarse (en latín sería curarse). Depende de la sensibilidad especial de cada uno, y de la dureza del entorno.
Aunque siempre queda el remedio de buscar un entorno donde tu sensibilidad no te cause tanto daño, y tus talentos sean especialmente útiles...
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