viernes, 13 de febrero de 2015

Cómo tratar la depresión

Uf, la palabrita. Depresión.

A ver. En la entrada de la ansiedad hablaba de una ansiedad "sana". Pues bien. Para empezar, hay que saber que ese conjunto de manifestaciones que intuitivamente llamamos depresión (tristeza, falta de ganas y energía para lo cotidiano, retraimiento, pesimismo, intranquilidad...) es un fenómeno comprensible y natural, y que sólo habrá que tratarla, como otras cosas, cuando

a) como emoción, tenga tanta fuerza que produzca una conducta no deseada por la persona en condiciones de serenidad (es decir, cuando quita libertad) 

o cuando 

b) su intensidad o su frecuencia causan un malestar notable en la persona (es decir, cuando "duele"). 

En este caso, añadiría una tercera razón: 

c) cuando claramente sea el preámbulo de un estado en el que se va a producir gravemente lo anterior (pérdida de libertad o dolor psíquico intenso). Luego pongo un ejemplo.


¿Y cómo tratarla? Para empezar, reconociéndola. Si tiene la intensidad de lo que antes hemos planteado, dura más de unos días, y no es uno de los casos de "falsa depresión" de los que hablo en esta entrada a la que enlazo , conviene ir al médico y ayudarle a que la encuadre en una de estas 4 posibles causas: 


1 Reacciones ansioso/depresivas a circunstancias vitales agotadoras o muy dolorosas: en estos casos lo mejor es psicoterapia y/o farmacoterapia breves (unos meses) y recomendaciones de autocuidado físico y mental.

2 Reacciones desproporcionadas ante los problemas de la vida derivadas de la personalidad previa particularmente vulnerable a algunos estresores que no lo son para la mayoría de la gente.

   2a. Personalidades muy ansiosas, obsesivas, temerosas, que intentan controlarlo todo y se agotan: la recomendación terapéutica es farmacoterapia breve (unos meses) y realizar un apoyo psicoterapéutico dirigido a que piensen menos y actúen más.

   2b. Personalidades inmaduras, narcisistas, impulsivas, con alta volubilidad emocional: es frecuente que presenten pseudodepresiones, pero a veces pueden tener depresiones genuinas. La recomendación terapéutica es psicoterapia especializada (son especialistas en agotar a principiantes) y para aquellos que conviven con este tipo de personalidades, un libro titulado "Deja de andar sobre cáscaras de huevo".


3 Trastornos derivados de la enfermedad somática o el abuso de una sustancia: Hay varias patologías que al principio "parecen una depresión" (la anemia, los problemas tiroideos, los déficits de vitamina B12 o ácido fólico, hepatitis, algunas infecciones, algunos problemas neurológicos...) y algunas sustancias que provocan síntomas depresivos (el interferón para la hepatitis C, la vareniclina para intentar dejar de fumar, algunos antipsicóticos, el alcohol, la cocaína en sus fases de "bajada", etc...)  Recomendación: tratamiento farmacológico de los síntomas y derivación a especialistas que aborden la enfermedad somática, o a espacios terapéuticos para toxicómanos o alcohólicos. Tolerancia cero en el consumo hacia aquellas personas que ya han tenido problemas con sustancias: el objetivo es la abstinencia completa.

4 Patología psiquiátrica propiamente dicha: las enfermedades clásicas

La depresión puede ser un episodio de Trastorno bipolar: comienzo típico (aunque esto es variable) a los treinta años, cursa con episodios de ánimo anormalmente bajo o depresivo y episodios de ánimo anormalmente elevado o exaltado. En los episodios depresivos puede tener ideas delirantes de culpa, ruina o enfermedad grave, y en los episodios exaltados puede tener ideas delirantes de grandiosidad, exaltación religiosa o enamoramiento de figuras importantes de la vida pública. Algunos indicios de que la depresión puede ser de este tipo son: antecedentes familiares, episodios previos de cambios de humor desproporcionados, marcada repercusión de circunstancias que a otros no les afectan tanto (como los cambios de estación del año, o los cambios hormonales premenstruales,postparto o menopáusicos...) y sobre todo desproporción de la reacción depresiva teniendo en cuenta las características de la persona (sería sospechoso, por ejemplo, que alguien que ha tolerado bien las pérdidas sufra un episodio depresivo grave por una nueva pérdida). Nota aclaratoria por confusiones que he visto: una analítica de litio NO ES DIAGNÓSTICA DE NADA. El litio se pide en personas que toman litio, para saber cuánta concentración les está llegando. Si no tomamos litio, nuestra concentración es indetectable, con o sin trastorno bipolar.

Tratamiento: litio con buen control médico (dosis mal ajustadas transforman un fármaco eficaz en un tóxico grave) y/o antiepilépticos manejados con prudencia. Antidepresivos con muchísima prudencia: es como abrir una puerta atascada: algunos antidepresivos se quedan cortos, y otros la abren de golpe, pudiendo la persona cambiar bruscamente a un estado de hiperactividad maniaca. Nuevamente insisto: un episodio depresivo en trastorno bipolar exige buen control médico, llegando a valorarse ingreso si aparecen signos de riesgo (ideas o actos de autolesión, rechazo a la alimentación o a los tratamientos en general, delirios...)

A los familiares o pacientes que quieren saber más sobre este trastorno, que tiene bastante buen pronóstico si está bien diagnosticado y tratado, les suelo recomendar libro "Trastorno bipolar" de Eduard Vieta.

   





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