jueves, 19 de febrero de 2015

¿Pierden la razón los psiquiatras?

No es que la enfermedad mental se "contagie", pero sí es un tópico que los profesionales de salud mental "acaban algo raros".

Francamente no creo en el tópico como cierto, pero sí creo que refleja una parte de realidad, con cuatro aspectos a tener en cuenta


1.  Hay un posible sesgo de selección: puede haber personas que elijan psiquiatría por algún trauma previo. Es un viejo dicho entre psiquiatras que "cada uno se especializa en su propio trastorno".


2.  Dice el refrán "de lo que se come se cría" y a veces escuchar relatos tan poco lógicos hace que uno pierda la noción clara de qué es lo normal y qué no lo es. En ese sentido merece la pena recordar la figura de Sancho Panza junto a Don Quijote, e imaginarnos que nos recuerda que "si no duele, ni molesta", los "síntomas" no son nada.


3.   
Pocas profesiones como ésta colocan al profesional en una posición tan a priori superior frente al paciente. A ver quién se atreve a llevar la contraria a su psiquiatra... Pero eso crea un círculo vicioso, por el cual el psiquiatra se acostumbra a pensar que si no le dicen que lo está haciendo bien es "por fallo del paciente" y se mantiene en su posición enrocada. Sí, cierto es que algunos alcohólicos minimizan su problema, y algunas personas con anorexia mienten sobre su peso, y que un paciente paranoide suele resistirse a "confiarnos" sus preocupaciones. Pero eso puede llevar al ninguneo de lo que opine el paciente, y eso nos empobrece como aprendices de psiquiatría que somos y seremos.

4. En cualquier otra profesión la mayor parte de comentarios sobre nuestro trabajo, van a ser razonables. En psiquiatría, además de lo razonable que nos pueden devolver, hay dos subgrupos muy representados que son a) aquellas personas con tan baja autoestima que hagamos lo que hagamos nos van a decir que lo hacemos muy bien y b) aquellos, por otro lado, con tan alto narcisismo o alteración del juicio de la realidad, que hagamos lo que hagamos nos van a decir que nos estamos equivocando. Eso lleva como respuesta a que el psiquiatra o bien se insensibilice ante los comentarios del paciente respecto a la calidad de su atención, o bien que sistemáticamente se quede con aquellos comentarios elogiosos. 



Y claro, algunos pueden acabar algo endiosados...

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