lunes, 16 de marzo de 2015

Renombrando lo psiquiátrico



Hace unos años, los japoneses hicieron algo que me parece hermoso: abolir un nombre tan cacofónico como la esquizofrenia. Y creo que podríamos retomar la idea, y renombrar lo psiquiátrico, porque una disciplina tan reciente, peligrosamente autoritaria, proclive al endiosamiento y atomizada en miles de escuelitas como la psiquiatría y su jergafasia no puede sustituir el ancestral conocimiento poético y semántico del ser humano sobre algo tan suyo como su ser y sus dolores del alma.

Aquí van algunas sugerencias de nombres y definiciones...



Asperger: persona inteligente que quiere bailar, y como no escucha la música, imita pasos. Y que fluye con la música de la armonía de las cosas... y a veces produce genios, y otra monstruos, y otras tipos monstruosamente geniales... Einstein, Newton, Tesla, Unabomber, Sheldon Cooper...

Autorreferencialidad: juicio de lo que nos rodea como referido a nosotros, propio de estados como la culpa, el miedo, al amor, la autoimportancia, los complejos y cualquier paranoia, y por tanto inespecífico (aunque dañino, y por tanto, objeto de alivio médico según sea la causa).

Borderline: persona que intenta domar dragones, ávida sedienta de vida (amor y reconocimiento) y que no se detiene en su búsqueda voraz ni ante el dolor ni ante la muerte. Frágil ser que sólo alcanza solidez en movimiento.

Compulsión: La avidez de algo, produciendo búsqueda ávida de ese algo. Voracidad al encontrarlo. Puede despertarse por tendencia natural a la inseguridad frente a lo concreto (eso es el TOC, con sus repetidas comprobaciones más allá de lo racional), por contacto con sustancias o juguetes que excitan los premios bioquímicos de las necesidades resueltas (eso son las adicciones), o de un modo sereno pero arrebatador, por la fuerza real de atracción de la bondad, la verdad y la belleza percibidas con claridad (eso es lo que ocurre en el enamoramiento de una persona, o de una idea, o de una misión, por ejemplo).

Esquizofrenia: disarmonía entre lo mental que crea y lo mental que mira. Persona con doble sintonía mental, entre lo consciente y lo inconsciente, entre quijote y sancho, entre el superyo y el ello, entre el jinete y el caballo, entre el ángel y el demonio, entre la corteza prefrontal y el sistema mesolímbico... 

Extrañamiento de los conocidos: resultado de la ampliación de la emoción al ver lo ligeramente diferente, o de la reducción de la atención para ver lo mantenido en el tiempo de lo que cambia pero sigue siendo semejante.



Falso reconocimiento: resultado de la ampliación de la emoción al ver lo semejante, o de la reducción de atención para percibir lo diferente

Paranoia: estado de defensa y alerta coherente con lo percibido. Y agotador. Y desmesurado como los precios de algunos seguros...



TOC: ese modo de estar de la persona que no ignora la infinita complejidad de las cosas, y que no encuentra la manera de ver borroso lo concreto, por lo que camina lento.




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